Los primeros restos humanos que se conocen son los del Australopitecos, de casi 4.500.000 años de antigüedad. Otras piezas óseas más modernas corresponden al Pitecántropos, que vivió hace un millón y medio de años aproximadamente: al hombre de Neanderthal, de unos 150.000 años, y al de Cromagnon, de 35.000 años de antigüedad. La primera etapa de Prehistoria se conoce como edad de Piedra.
En esa era el hombre aprendió a tallar y a pulir las piedras. El periodo del tallado de la piedra se conoce como Paleolítico y el del pulido, como el Neolítico. El final de las glaciaciones, hacia el año 10.000 a.C, marco el comienzo del mesolítico, periodo de transición entre el paleolítico y el neolítico, durante el cual el hombre primitivo aprendió a cazar con arcos y flechas, a domesticar los animales y practicar una agricultura rudimentaria.
En el neolítico, iniciado en 9 mil a.c. el ser humano comenzó a cultivar cereales, como el trigo y la cebada y a agruparse en poblados, conjuntos de viviendas construidas con materiales diversos: Piedra, troncos, bloques de barro, ladrillos secados al sol, etc.
En Estados Unidos se encontraron restos óseos correspondientes al último periodo glacial, mientras que en Sudamérica se hallaron vestigios de vida primitiva en Chile, Argentina y Brasil.
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