¡Oh! todavía recuerdo
esos hermosos brazos
que me sostenían
cuando era pequeña.
¡Oh! esas palabras
que me decías
cuando tenía miedo
a la extensa oscuridad.
Esos hermosos recuerdos
que todavía me quedan,
esas tiernas palabras,
ese aroma tan dulce.
Ese amor que tú me das,
un amor que no acepté.
¡Oh! verdaderamente
soy una ilusa, te alejaste
y me derrumbé.
Estas lágrimas
todavía siguen cayendo;
me gustaría decirte
que siempre te he amado,
mi querida madre.
Sofía López Leiva
(Chile)
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